*Por Abayubá, excorresponsal de La Tribu en Islas Maldivas
La costanera sanducera se ha visto invadida de intervenciones político partidarias ante el inminente acercamiento de los comicios electorales.
El Partido Nacional marcó fuerte presencia en dos puntos estratégicos: Larrañaga en las ex “Granadas”, y Olivera en el Obelisco. Puede resultar curioso los puntos escogidos desde una mirada simbólica. Cada agrupación política va allí porque quiere “venderte” algo: un mejor país, una mejor ciudad, salvarte de las garras de sus opositores malignos que quieren lo peor para la sociedad. Cual religión extremista quieren venderte la salvación, la felicidad. ¿Cómo? Votando al mesías que traerá la solución a todas tus penurias. Después te joden como siempre, pero qué mezcolanza de ilusión e ingenuidad de la gente que agarra allí las listas que el candidato sonriente le ofrece, y después de los comicios si lo cruza por la calle “si te he visto no me acuerdo”.
Olivera en el Obelisco. El tipo quiere venderte algo, y lo hace desde el Obelisco. No hay que ser el Umberto Eco de la semiótica para ver entre líneas qué es lo que te están queriendo vender.
Larrañaga desde las ex Granadas. Una alegoría a las granadas se rumorea le tiró a Olivera después de una recorrida con Delgado y Ripoll. ¿Verdad o rumor? Quizá quedará al mejor estilo de los mitos pugilísticos internos partidarios de su progenitor. Doti o el Chipo quizá puedan echar luz a este enigma. No obstante cualquiera que observó el acto protocolar del Encuentro con el Patriarca contempló los abrazos entre el Intendente y jerarcas gubernamentales, políticos coalicionistas, pero con el Guapo chico no hubo abrazo, ni siquiera apretón de mano, porque fue apenas un roce de manos. Cuántos insultos guardados en lo más intrínseco de esas dos personas se habrán contenido en esa fracción de segundos para no aguar la fiesta. Fiesta que ya de por sí estuvo en riesgo por factor climático, y en ese lugar quedando unos minutos más Olivera y Larrañaga juntos el clima se ponía más espeso. Lo curioso es que, a pesar de esa pelea y odio visceral, hay uno que le va a dar los votos al otro en las municipales. Eso también puede llevar a otro cuestionamiento: ¿Estaremos comprando una novela de mala calidad,de esas que después que todo cierra culmina con final feliz entre los protagonistas?
El Frente Amplio eligió la rambla bien sobre el río. Con estos fenómenos climáticos, alguno puede temer puedan quedar con el agua al cuello. El escenario visual de una tarde en la rambla es espectacular. Pero también -como lo dijimos de Olivera sin intentar darnos de expertos semióticos-, el paterno está al oeste, una movida política en el ocaso donde se oculta el sol, víspera de la oscuridad final.
Dicen que también estaban los de Unidad Popular. No los ví. Pero lo que pasa que yo iba caminando de sur a norte, y ellos dicen que son la izquierda de la izquierda, si es así deberían andar nadando ahí por el río.
Colorados tampoco ví, pero tengo entendido los pocos quedaban se calzaron la divisa de Aparicio. No sé si de Saravia o de Méndez. Empero que no los haya visto no quiere decir que no estuvieran, quizá en algún lugar de la costa había una bandera colorada.
El resto del año en la Costanera hay promotoras y promotores que te entregan folletos de cosas que ni querés comprar, y a veces terminás comprando. Muy parecido a este otro resto del año de campaña electoral en que ocupan la costa sanducera. Uno a veces compra con la ilusión y la pasión; no con la razón.