“Todos los días, entre las 19:OO y las 19:3O, el Padre Pío me hacía una pasadita por el pasillo”
“Era un día espantoso”, un clásico día del mes de mayo; llovía torrencialmente y hacía mucho frío. Con ese escenario era bastante poco probable que alguien se planteara la idea de ir hasta la gruta de La Aurora. Sin embargo, la necesidad de Dios, de señales de luz cuando todo parece oscurecer y la búsqueda…